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En la mayoría de los hogares, el baño es uno de los espacios más utilizados. Ya sea para asearnos, relajarnos o incluso para guardar algunos objetos, es un lugar importante que debe ser cómodo y funcional. Es por eso que, a veces, es necesario realizar ciertas reformas para mejorar su estética y funcionalidad. Una de las reformas más comunes es la sustitución de la bañera por una ducha. En este artículo, te explicamos por qué es una buena idea cambiar la bañera por una ducha y cómo llevar a cabo la reforma de manera eficiente.
El diseño típico de un baño está compuesto por un inodoro, un lavabo y una bañera. Pero si quisieras llevar tu baño al siguiente nivel, ¿por qué no agregar una ducha?
Las duchas son ideales para quienes tienen problemas para entrar y salir de la bañera o simplemente no les gusta sentarse en este tipo de superficies. También funcionan bien en baños pequeños sin espacio para una bañera separada. Si quieres mejorar tu experiencia en el baño y no cuentas con espacio de sobra, una ducha será la opción perfecta.
Hay muchos beneficios al instalar una ducha en tu baño. Por un lado, esta puede ayudarte a ahorrar en las facturas de servicios al reducir la cantidad de agua y el tiempo que dedicas a cada baño. Además de ahorrar dinero, puedes hacer de tu ducha un breve momento de spa. Así es, hoy en día el mercado nos ofrece columnas de duchas con sistema de hidromasaje, lo cual nos dará una experiencia de spa, pero sin salir de casa 👌🏽.
El cambio de bañera por ducha, es una de las tareas que más nos solicitan los clientes que desean reformar sus baños. Existen tres ventajas principales por las cuales las personas suelen preferir quitar sus bañeras e instalar platos de ducha.
1- La primera ventaja, es la optimización del espacio.
En términos generales, las bañeras ocupan más espacio que las duchas y en baños pequeños, esto puede resultar en una situación bastante incómoda. En cambio, al hablar de platos de ducha, podemos encontrar en el mercado soluciones bastante confortables, en anchos de 70, 80, 90 y 100 centímetros, por largos que van desde los 70 centímetros a los 2 metros.
2- La segunda, es la variedad de los materiales.
Existen tres opciones principales en el mercado a la hora de reemplazar tu bañera por un plato de ducha.
👉🏽 La primera opción, es la tradicional porcelana. Estos suelen ser la opción más económica. Se comercializan en diferentes medidas y los 3 formatos más comunes son, cuadrado, rectangular y angular (ideal para esquinas de espacios pequeños). La propia composición de la porcelana, lo hace un plato de fácil limpieza y con muy buena respuesta frente al paso del tiempo.
Otro punto interesante, es que suelen presentar exactamente el mismo color que el resto de los sanitarios, por lo cual se puede conseguir una armonía de color en el diseño del baño, dejando el recurso del contraste para otros elementos, como el mueble de lavabo, o las griferías.
👉🏽 La segunda opción, son los platos de ducha de resina. Los podremos encontrar en diversos colores y con algunas variaciones de texturas. Las más comunes son lisos, granulados y pizarra. Todos sus acabados son bastante agradables al tacto. Al igual que los platos de ducha de obra, estos platos pueden adaptarse al espacio justo que nos demande el baño a reformar, ya que gracias al material de su fabricación, podemos realizar cortes, dando por resultado un plato de ducha «a medida».
👉🏽 Por último, mencionaremos los platos de ducha de obra. La principal ventaja de estos, es la gran diversidad de resultados que nos permite lograr. Conceptualmente, podríamos decir que se trata de diseñar y fabricar una ducha de principio a fin, permitiéndonos decidir casi con total libertad, sobre la forma, el tamaño y los acabados. Esta opción es la más utilizada en los baños de diseño. Aunque tiene un coste mayor frente a las opciones anteriores, el resultado vale la inversión. Algunas de las características que más nos agradan de este tipo de platos, son la posibilidad de quitar las típicas rejillas cuadradas de desagüe y sustituirlas por rejillas de desagües lineales, minimalistas, que abarquen todo el ancho del plato, o la posibilidad de realizar una continuidad entre el plato y el resto del baño, sin sobresaltos ni cambios de material. Esta última cualidad, los hace perfectos para personas con movilidad reducida.
3- La tercera ventaja de cambiar una bañera por una ducha, es la comodidad. Desde la limpieza hasta el uso, los platos de ducha son la opción más práctica y segura. Su limpieza se resume al mismo procedimiento que harías para limpiar el suelo del baño, con los mismos tipos de productos. Básicamente se podría decir que la limpieza del plato se realiza al mismo tiempo que limpias el suelo del baño. Por otro lado, un plato de ducha es muy cómodo de usar, ya que no se necesita que se doblen las rodillas, espalda y cuello para ducharse. Es por todas estas razones que la gente suele preferir los platos de ducha más que las bañeras.
La reforma de cambiar la bañera por una ducha puede ser un proceso relativamente sencillo si se realiza correctamente. Sin embargo, es importante tener en cuenta algunos aspectos clave para garantizar que la reforma se lleve a cabo de manera eficiente y sin problemas.
En primer lugar, es importante elegir el tipo de ducha que mejor se adapte a tus necesidades. Existen duchas de diferentes tamaños, formas y materiales, y la elección dependerá del espacio disponible en tu baño, así como de tus preferencias personales y presupuesto.
Una vez que hayas elegido la ducha adecuada, es importante encontrar un profesional experimentado que pueda llevar a cabo la reforma. Un experto en reformas de baño puede ayudarte a planificar la reforma, elegir los materiales adecuados y realizar la instalación de manera eficiente y segura.
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Otro factor a tener en cuenta es el presupuesto. Es importante establecer un presupuesto realista para la reforma y asegurarte de que el precio de la ducha y la instalación se ajusten a él. También es importante tener en cuenta que la reforma puede requerir algunos trabajos adicionales, como la reparación de las paredes o la instalación de nuevos grifos, por lo que es importante tener en cuenta estos gastos adicionales en el presupuesto.
Por último, es importante asegurarte de que la reforma cumpla con las normativas locales. En la mayoría de lugares, es necesario obtener un permiso de obra antes de realizar cualquier reforma en el hogar. Por lo tanto, es importante investigar las normativas locales y asegurarte de que la reforma cumpla con todos los requisitos legales.
En resumen, cambiar la bañera por una ducha es una buena idea por muchas razones. Es práctico, funcional, moderno y puede aumentar el valor de tu propiedad. Si estás pensando en llevar a cabo esta reforma, asegúrate de elegir la ducha adecuada, encontrar un profesional experimentado, establecer un presupuesto realista y cumplir con las normativas locales. Con una buena planificación y ejecución, podrás disfrutar de los muchos beneficios de una ducha moderna y funcional en tu hogar. Y si quieres hacerlo de una forma mucho más fácil, contáctanos y nosotros nos ocuparemos por tí.
Si necesitas más información, escribenos… ¡será un placer poder ayudarte!
